Aunque actualmente las tecnologías de comunicacion, en especial internet y telefonía, sean la base de muchas revoluciones. La mayoría de éstas tienen origen militar. Puramente bélico, y están diseñadas para una situación de guerra.
Hoy voy a hablar un poco del GPS (Global Positioning System), todos asociamos el GPS a no perdernos por una ciudad. Y creemos que con un mapa solventaríamos la ausencia de este sistema, pero no es así…
En 1973 la Armada estadounidense, y las Fuerzas Aéreas de este mismo país unificaron sus fuerzas para desarrollar este sistema de navegación. Entre 1978 y 1985 se lanzaron 11 satélites experimentales (NAVSTAR), a los que fueron sucediendo otras generaciones de satélites hasta completar la constelación actual.
GPS se basa en la determinación de una posición a partir de la señal recibida de 24 satélites, divididos en 6 planos orbitales. Si conocemos la posición de un satélite y calculamos el tiempo que tardamos en recibir su señal (mediante cálculos sobre efecto Doppler), podemos saber a que distancia nos encontramos de él. Si este cálculo lo realizamos sobre tres satélites, podemos triangular nuestra posición.
Aunque parezca una idea fácil, diseñar y desarrollar hace más de 30 años un sistema que con la precisión que conocemos actualmente es uno de los mayores logros de la humanidad. Pero no todo es positivo.
GPS emite varias señales, unas de uso civil, y otras de uso militar. La señal de uso civil, es la que utilizamos en nuestros navegadores. Además se usa para entre otras cosas, sincronizar antenas de telefonía. Al ser un sistema muy extendido, poder sincronizar las comunicaciones entre centrales de conmutación mediante GPS ha abaratado y extendido la cobertura y la capacidad de las comunicaciones móviles.
Pero esta señal civil, tiene un ruido agregado a propósito, con el objetivo de poder aumentar el error en una localización. Imaginémonos que estamos en Irak, si disponemos de la señal militar (indescifrable), podemos conocer la localización de nuestras tropas con una precisión de centímetros (mucho mayor que la señal civil). Mientras que si usamos receptores comunes, o nuestros misiles se guían por GPS civil, nos equivocaremos tanto o más como quieran los que controlan el sistema.
Pero podemos ir más allá, pueden literalmente apagar la señal GPS. No sabemos medir con certeza los efectos que puede tener esto en el mundo occidental. Posiblemente la red de telefonía movil se inutilizaría, se imposibilitaría la comunicación vía internet en amplias zonas geográficas, y en unas bases de datos cada vez más centralizadas, nos imposibilitarían por ejemplo sacar dinero en un cajero. Lo que hoy en día puede ser un desastre total. Una guerra civil a nivel mundial.
Ante esta realidad, Europa respondió proponiendo Galileo (que con la crisis, ni se sabe que pasará). EEUU respondió firmando un acuerdo de que jamás apagará el GPS de uso civil. Básicamente estamos indefensos ante un poderío tecnológico del que no nos hacemos una idea real. Es tal la supremacía, que aunque simplemente no desplieguen un ejercito, tienen el control de medio mundo.
Esperemos que no tengamos que ver el poder del GPS, y simplemente disfrutemos de su uso, pero la reflexión queda ahí.
Nota: La ilustración anterior es de Pawła Kuczyńskiego, un dibujante polaco cuyas obras son asombrosas, podéis visitarlas en http://capu.pl/node/271
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