Japón es reconocido mundialmente por ser líder en tecnología y es uno de los países donde las empresas hacen grandes inversiones en robótica. En este país, el uso de los robots se ha extendido en todas las esferas del quehacer humano, incluso en el servicio de cafeterías.
En las últimas semanas, en el distrito de Shibuya ubicado en el centro de Tokio, se inauguró una nueva cafetería llamada Henna Café, en japonés “Café extraño”, donde los clientes pueden disfrutar de un café preparado y servido por robots. Se trata de un robot de un solo brazo que realiza varias actividades como preparar las bebidas, escanear boletos de compras desde una máquina y hasta saludar a los clientes. El mismo barista robot muele los granos de café, y sirve las bebidas para hasta cinco personas al mismo tiempo. Además de cafés, la máquina es capaz de servir otras bebidas como capuchino, chocolates calientes y tés de todo tipo. En el Henna Café, una taza de café cuesta alrededor de 320 yenes, lo que significan solo 3 dólares, y se elabora en un par de minutos.
Sin dudas estamos frente a una inigualable revolución tecnológica. No solo implica un mayor incremento de la productividad, sino que al mismo tiempo supone una novedad que atrae a una gran cantidad de clientes. En comparación con los cafés tradicionales, no es necesario contar con mucho personal humano, sino que solo es necesario una persona que se encargue de su supervisión.
Más allá de las polémicas…
Si bien el desarrollo tecnológico es siempre signo de progreso, no está exento de polémicas en tanto que significa una pérdida de cientos de puestos de trabajo. Frente a este problema, surgió una nueva iniciativa para la utilización de robots, que implica darles trabajo a personas con problemas de movilidad.
Una nueva cafetería abierta en el centro de Tokio apuesta por el uso de robots para servir las mesas, pero de una forma diferente. Se trata de una cafetería que utiliza robots que necesitan de una mínima intervención humana, la cual está a cargo de pacientes con enfermedades como ELA o mielitis que les impiden su movilidad y no pueden acceder a puestos de trabajos convencionales.
Desde sus hogares, estas personas cuentan con una cámara web y ordenadores con los que toman notas de las comandas y pueden mover a los robots a realizar cualquiera de las tareas que podría realizar un camarero de carne y hueso. Esta iniciativa, surgió a cargo de Kentaro Yoshifuji, un ingeniero japonés que sintió en carne propia la imposibilidad de moverse por su enfermedad, frente a la cual ideó este proyecto para disponer de otros cuerpos que puedan enfrentar su impedimento.
Esta modalidad de empleados a distancia, sin dudas viene a apaciguar las polémicas del uso de robots que roban puestos de trabajo humanos, y demuestran que la robótica también puede servir para introducir al mercado laboral a personas que se veían excluidas culpas de sus enfermedades.
Escribir un comentario