Dragon Age: Origins es uno de esos títulos que, en un principio, pasan desapercibidos en tu vida. Si no has oído hablar de él (¿seguro que no?), puedes no fijarte. Quizá te inclines un poco más por lo del dragón, pero deja de contar. Y, si este es tu caso, te diré una cosa: no tienes ni idea de la joya que te estás perdiendo.
Comenzarás tu historia como te dé la gana. Creas tu héroe, a tu gusto, contando raza, sexo, clase, condición social y, cómo no, su nombre. En base a esto, contarás con hasta seis comienzos diferentes, con seis prólogos distintos, a cada cuál más emocionante. ¿Y dónde? En Thedas, una región más dentro del gran reino de Ferelden.
Esta tierra se ve arrasada por un caos terrible: ya no sólo las guerras internas están destrozando la estabilidad social, sino que, para colmo, se alza un enemigo común aún más temible: la Ruina.
Durante la Ruina, los engendros nacen de la tierra y masacran todo lo que encuentran a su paso; sólo los Guardias Grises, grandes guerreros bendecidos por un antiguo ritual, son capaces de frenarlos. Y precisamente con esta guardia es con la que más juego tendrás, porque Duncan se cruzará en tu camino de forma inevitable.
Eso sí: lo que hagas a partir de ahí, todo (amor, desamor, amistad, batallas, risas y llantos), depende de ti.
El abanico de personajes es admirable. El lore, fantástico, emocionante y atrayente. Por supuesto, no vas solo en esta trepidante aventura: en tu recorrido por este mundo en decadencia, te seguirá un grupo de compañeros que, ojo, puede variar con mucha facilidad. En tu mano está que Morrigan (¡oh, dioses, Morrigan!) siga tus pasos; que Leliana sume sus flechas a tu causa; que Zevran se te insinúe a cada momento; que Shale te pregunte si está gorda con esos cristales… aunque hay más, claro está. Alistair, sin ir más lejos, que encierra más secretos y más morbosidad de lo que te puedas imaginar.
Los gráficos…
¿Nos vamos al apartado técnico? Son muy aceptables. No nos podemos olvidar que esta maravilla de la invención humana data del 2009, así que, como ha llovido un poquito desde entonces, tampoco le vamos a reprochar nada a los de BioWare, que bastante bien han hecho su trabajo. En el caso de que notes algún altibajo en cuestión de gráficos, la historia, el carisma de los personajes y, en general, todo lo demás, lo suplirá con creces.
La jugabilidad…
…también es muy cómoda y asequible. Yo personalmente juego en PC, pero sé de buena mano que la movilidad de cámara, menús y demás en otras plataformas resulta igual de satisfactoria. En las batallas puedes jugar a modo estratégico (desde arriba, con formaciones), o encarnando a uno de los personajes, desde el que usarás las habilidades correspondientes a placer. Por supuesto, puedes ir cambiando de perspectiva todo lo que quieras, e, incluso, a la hora de “conducir” el grupo tampoco tienes que llevar tu propia creación. Eso sí: las preguntas que contestes las hace tu personaje, nada de decidir por los demás (¡lógico!). También hay un sistema de agrado y desagrado. Puedes llevarte mejor o peor con los componentes de tu grupo, y en eso influirá tanto los regalos que les hagas (créeme, con algunos puedes meter la pata hasta el fondo), como con las decisiones que tomes a lo largo de tu aventura. Habrá veces que uno estará de acuerdo y, el de al lado, te pondrá cara de cabreo. ¡En tu mano está decidir a quién quieres complacer! Aunque, no nos engañemos: todos sabemos que terminarás haciéndole palmas a Morrigan. Tranquilo; nos pasa a todos.
La música…
…es exquisita, por cierto. Una banda sonora digna de llevar en tu iPod (créeme, lo harás; ¡yo lo hago!), que te arrastrará hasta el interior de Ferelden y hará que quieras quedar a dar una vuelta por allí. Tan solo el tema principal ya deja los pelos de punta (comienza a escucharlo justo debajo); el resto de la composición general no es para menos. Si nos pasamos al tema de los sonidos ambientales, más de lo mismo: no podemos contar únicamente la música, el resto también está ahí.
Y, por supuesto, ¿qué falta dentro de este apartado? Sí: el doblaje. Antes de seguir con esto, advierto que soy una fan acérrima del doblaje. Tanto en español como en inglés, de lo primero que miro en un videojuego es quién lo dobla; de hecho, he llegado a jugar a ciertos títulos (*cof, cof* Catherine *cof, cof*) sólo porque los doblaba cierto actor. En este aspecto Dragon Age: Origins tampoco se queda corto; Steven Valentine dobla a mi personaje favorito del juego, Alistair, aunque, si has jugado a Uncharted, te sonará por haberle prestado su voz a Harry Flynn; la voz femenina más sexy del mundo, Claudia Black, también trabajó en Uncharted dándole vida a Cloe, pero es que en este título dobla nada más y nada menos que a Morrigan, mi también personaje favorito del juego. Eh, que no he acabado. ¿Eres fan de The Rocky Horror Picture Show? Pues agárrate los machos, que vienen curvas: Tim Curry también está dentro de este maravilloso reparto.
Así que, como puedes comprobar, sobran motivos y excusas para jugar a esta gloria digital. Para colmo, si las cien horas de juego se te han quedado cortas, cuenta con un DLC adicional. ¡Ah, por cierto! A los fans incondicionales de los perros (¡yo, yo!)… ¡aquí tienes uno! Como te decía, sobran los motivos.
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