En el contexto de las redes inalámbricas, tanto MANET como MESH se suelen utilizar como sinónimos. Pero, ¿son exactamente lo mismo? Las diferencias pueden ser bastante sutiles.
Las redes inalámbricas malladas o mesh son aquellas en las que se mezclan los dos modos clásicos de las redes inalámbricas: ad hoc e infraestructura. En esencia las redes inalámbricas mesh tienen una topología de infraestructura, pero permiten unirse a la red dispositivos que, pese a estar fuera de la cobertura de los puntos de acceso (AP), están dentro del rango de alguna tarjeta de red que a su vez esté en el rango de otro AP (a través de uno o múltiples saltos).
Por otro lado, las MANET (Mobile Ad-hoc NETwork) son redes cuyos nodos:
- pueden desplegar una red espontáneamente en modo ad-hoc
- tienen completa y absoluta movilidad geográfica.
Tanto MANET como MESH necesitan un protocolo de enrutamiento que permita transmitir la información hasta su destino con el mínimo número de saltos, con gran tolerancia a fallos y capacidades de autoconfiguración.
En general cuando hablamos de mesh nos referimos más bien a la topología: cada nodo tiene una conexión punto-a-punto, o bien punto-a-multipunto con otros nodos (formando así una red mesh). Cuando la movilidad es una característica de los nodos que resulta crítica para la aplicación que usa la red, nuestra mesh se convierte claramente en una MANET, ya que una red mesh podría estar formada exclusivamente por nodos inalámbricos estáticos.
Y es aquí donde debemos destacar la principal diferencia: una MANET es un tipo especial de red «mesh» con el problema añadido de la movilidad geográfica.