Estoy a punto de decir una obviedad como un piano: la preparación de cualquier negociación es fundamental. ¿Evidente no? Pues con frecuencia, los errores más graves en las negociaciones se producen antes de que ni siquiera empiecen las conversaciones. Y no ya porque la preparación haya sido defectuosa, ¡sino por una total ausencia de ella! Por lo visto, hasta los mejores negociadores resbalan en esto. Yo mismo he pecado de ello unas cuantas veces, y lo he pagado bien caro. Pero a mí no me van a pillar nunca más.
¿Y en qué consiste prepararse una negociación?
Como mínimo, significa reunir la información necesaria para tratar de conseguir el mejor acuerdo posible. Si no sabemos hasta dónde podemos «apretar», corremos el riesgo de ser demasiado agresivos o lo que es peor, de quedarnos cortos.
Por eso voy a recopilar aquí, a modo de chuleta, los 4 pasos más básicos que he extraído de algunas publicaciones sobre el tema (un buen ejemplo: «El negociador genial«, de Max H. Bazerman y Deepak Malhotra).
Cómo prepararse para negociar en 4 pasos
1) Descubre tu BATNA (Best Alternative To Negotiated Agreement).
El primer paso de cualquier negociación es preguntarse: ¿Qué haré si la actual negociación no llega a ninguna parte? En otras palabras: ¿qué es lo peor que podría pasar? ¿cuál sería mi plan B(ATNA)? Para ello, identifica todas y cada una de las alternativas disponibles y calcula el valor asociado a cada una de ellas. De entre todas, la alternativa de más valor es tu BATNA.
2) Calcula tu Valor de Reserva
Ahora estamos en condiciones de hacernos la siguiente pregunta: ¿cuál es el acuerdo mínimo que soy capaz de aceptar? ¿A partir de qué punto estoy dispuesto a negociar? O también: ¿por debajo de qué punto giraría sobre mis talones sin dignarme a seguir hablando?
Pues ese punto de inflexión constituye tu Valor de Reserva, el punto exacto en el cual te sería indiferente quedarte con tu BATNA o continuar la negociación. Es, por tanto, el valor asociado a tu BATNA.
3) Descubre el Valor de Reserva de la otra parte
Ahora que ya sabes cuál es la oferta más baja que puedes aceptar, es momento de averiguar cuál es la oferta más alta que podrías llegar a negociar. En este paso se trata de encontrar el BATNA y el Valor de Reserva de la otra parte. Lo que hacemos es responder a esta pregunta: ¿qué haría la otra parte si la negociación acabara en un punto muerto? ¿Cuál es el valor de reserva que la otra parte asociaría a su BATNA?
Este es el paso más difícil y delicado- por no decir el más importante – ya que la otra parte hará lo posible para no mostrarte sus cartas.
Algunos trucos para disolver parte de la incertidumbre:
- Agota todas las fuentes de información a tu alcance: recurre a Internet, publicaciones del sector, estudios estadísticos, amigos y conocidos que sepan algo del tema…
- Identifica tus supuestos y duda de ellos: haz una lista de las cosas que «sabes» y otra de las cosas que «supones». En la medida de lo posible, trata de resolver la incertidumbre sobre cada uno de los ítem de la segunda lista.
- Esboza un contrato de contingencias para protegerte de las cosas que supones o de las que no estás del todo seguro. La reacción de la otra parte a las cláusulas de dicho contrato te ayudarán a confirmar o descartar dichas suposiciones durante la negociación.
4) Evalúa la Zona de Posibles Acuerdos (ZOPA)
¡Felicidades!
Ahora ya eres capaz de evaluar todos los posibles acuerdos que hay entre tu valor de reserva y el de la otra parte. Este intervalo se conoce como la ZOPA, o Zona de Posibles Acuerdos.
En la negociación, tu trabajo no sólo conseguirá en conseguir un trato, sino de alcanzar el mejor acuerdo posible, maximizando la ZOPA. En definitiva: quedarte con la parte más grande del pastel (cuidado con no caer en la trampa del pastel de tamaño fijo).
Un par de consejos finales
Pásate de la raya
Si vas a negociar desde una posición fuerte o crees que has calculado la BATNA/Valor de Reserva de la otra parte con precisión, está en condiciones de ser tú quien lance la primera oferta (¿recuerdas?). Al lanzarla, ve un poco más allá de su valor de reserva, lo cual permitirá crear un anclaje más cerca de su Valor de Reserva que del tuyo, acaparando así la ZOPA al máximo.
Revalúa la ZOPA durante la negociación
A pesar de las cábalas que hayas realizado sobre el papel antes de la negociación, es importantísimo que recalibres la ZOPA con la información que te vaya dando la otra parte (sin caer en las trampas de influencia, ya hablaremos de ello). Cuídate de no ser rígido: no te ciñas demasiado a los resultados de tu investigación preparatoria y escucha atentamente.
No olvides, pues, aquel refrán popular: «Tetas y ZOPA no caben en la boca» 🙂