El lanzamiento de este terminal fue el pasado 13 de noviembre y lo más sorprendente es el precio del mismo, 299€ en su versión de 8GB y 349€ en la versión de 16GB. Un smartphone de gama alta por este precio es una auténtica ganga y podria haberse convertido en el regalo perfecto para muchos en estas navidades. Muchos usuarios, viendo la gestión tan nefasta que están haciendo Google y LG en este caso, han optado por comprar otros terminales similares en calidad, que no en precio, como los Samsung Galaxy S3 o el iPhone 5.
De poco sirven las disculpas vertidas por el máximo responsable de Google en Reino Unido e Irlanda, Dan Cobley en el que hacia responsable de la penosa gestión al fabricante LG por la falta de stock. Personalmente y ante lo esperpéntico del caso, creo que se trata de un pésimo estudio de mercado y falta de previsión en que este terminal iba a ser un auténtico éxito. Aquí, Google tiene mucho que aprender de Apple que en su primer fin de semana en China, ha conseguido vender más de 2 millones de unidades.
También la tablet mayor de Google, la Nexus 10, llamada a competir con el iPad está encontrando esta misma barrera, la falta de stock. En este caso, el fabricante es la marca coreana Samsung reconocida mundialmente por sus éxito en ventas en terminales archiconocidas como la familia de los Galaxy tanto en tablets como smartphones. El otro dispositivo que llegó de la mano de Google fue la Nexus 7 y que casualmente tampoco vino sin polémica, no nos olvidamos de los fallos en la fabricación de las mismas y que levantó ampollas entre los usuarios.
Tres terminales, Nexus 4, Nexus 7 y Nexus 10 fabricados por LG, Asus y Samsung respectivamente y como denominador común tenemos a Google. Los problemas han sido latentes y de diversa tipología como acabamos de comentar. No quiero descartar que parte de culpa la tenga los fabricantes pero en Google no vendría nada mal que hiciesen autocrítica y reconociesen que en la distribución de hardware todavía están muy verdes.