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Lo que no sabemos hacer…

Hace tiempo que no escribo una reflexión personal. Simplemente hace tiempo que no escribo. ¿Por qué? Porque he encontrado trabajo. Exactamente llevo dos meses trabajando. Y mi reflexión es esa, trabajar.
Que he visto en estos dos meses, que he sentido, que he notado, que he vivido.

En mi vida académica he pasado de la Universidad de Granada, de una universidad grande de una ciudad pequeña. Teóricamente he aprendido mucho, en realidad no he aprendido nada. He aprobado muchas asignaturas y he conocido a muchos compañeros.

En mi primer año ya descubrí los grupos. Los que rápidamente comprendieron como funcionaba la universidad y les fue bien desde el primer día. Los que nos costó un par de años comprender esta filosofía, y los que nunca la comprendieron y se los comió el sistema. En muchos momentos me he visto perdido, eso me ayudó a descubrirme.

Los que abandonaron el primer día, gente muy válida. Amigos muy inteligentes, auténticos cracks, que se cambiaron de carrera. Que se fueron a universidades privadas. Que decían no le gustaba lo que hacían. Compañeros tan válidos como los que más aprobaban que se los comió el sistema. Esos fracasos universitaros sirvieron para alimentar el ego de los que más aprobaban, los que se creen semidioses por aprobar. Creo que en el fondo les gustaban lo que hacían, pero no cómo lo hacían.

Esta sensación se volvió abusiva cuando me dieron la séneca a Barcelona. Al campus nord de la Universitat Politecnica de Catalunya. Aquí hay un proceso selectivo mucho más duro, por lo que los que quedan tenían el orgullo semidiós mucho más subido. Al ser una cuidad mucho más grande, todavía se sentían más los «elegidos». Yo aprobé lo mismo que en Granada, no es más difícil.

Lo que comprendí estos años, es que hemos asimilado aún más la filosofía del ego. La filosofía de la competición. Del quejarse de lo difícil que es todo, para que después el orgullo al aprobar te llene mucho más. Para qué sirve esto? Para nada.

Unos años después. Veo que todos los gurús del estudio, han avanzado tan poco o nada como los que peor iban.

Con suerte alguno es profesor «adjuntado» a algún departamento de la universidad. Universidades que generan puestos a medida, en los que si no has vivido la convivencia con tu departamento no tienes nada que hacer. ¿Internacionalidad?¿Competencia? Si, en el alumnado, nada en el profesorado. Y el cúmulo de incompetencia en la universidad se hace cada vez más grande.

En el mundo privado la cosa no está mejor. He phpaide.com compartido sensaciones con muchos compañeros que llevan unos años trabajando. Pero 3 meses después de ser ingeniero, y 2 meses después de ser trabajor, me doy cuenta de que todo lo aprendido no me vale para nada. Mis competencias teóricas o prácticas son un 10% de mi trabajo. Lo demás depende de desarrollo, de usuario, de sistemas, de administración, en fín, de mis compañeros.

Y ese ego alimentado no sirve de nada. El que mejor se adapta a trabajar en equipo, es el más útil. Además de ser competente, tienes que ser buen compañero, buen amigo. Y con la crisis más.

Hemos aprendido a quejarnos, mucho, entre nosotros. Y ahora nos quejamos de que no hay trabajo, de que no me pagan lo suficiente, ¿pero qué sabes hacer?

Te lo digo yo, nada. Lo que sabemos de programación es una mierda: esto va por los informáticos que han parido un hola mundo en 7 lenguajes, todos de ellos de software libre eso sí. Que no sabemos nada de excel, alguien se hace una idea de lo que puede hacer una macro de excel? Alguien se ha preguntado por qué existe Oracle, teniendo mySql? No sabemos nada.

Cuando veo profesionales de verdad, que muchos de ellos no han pisado la universidad, veo gente competente por encima de conocimientos. Gente versátil, que pueden venir mil crisis y no van a estar parados dos semanas. Cuanto más técnico sea tu perfil, más fácilmente te pueden sustituir. Cualquier indio va a trabajar 7 veces más que tú por 7 veces menos dinero. No vales nada por saber C como el qué más.

Vale el que sabe gestionar su trabajo, el que consigue que sus cosas salgan en su fecha, el que sabe autoemplearse dentro de su empleo. Si esperas un sueldazo por echar 8 horas picando código, ya te digo yo, que puedes emigrar. A India.

Es tremendo que un ser social como el ser humano, tenga que aprender a cooperar, a delegar, a entender. Lo estoy aprendiendo. Cómo hemos perdido estos sentidos innatos. Gestión del talento, coatching, chorradas que necesitamos para aprender a ser lo que somos y la universidad no nos enseña.

Nota: Las imágenes están hechas con alambres, por David Olivé, aquí hay más.

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