La respuesta es un rotundo sí. Y desde hace bastante tiempo. La pregunta no es
si se puede o no, la pregunta es cuando podremos producir cerámica de manera
automatizada en lineas de producción usando impresoras 3D. Te hablo de ello en
este post.
Entre otras investigaciones pioneras, me ha llamado la atención la que está
haciendo la Escuela Superior de Ingeniería de Karlsruhe en colaboración con el
fabricante de cerámica Majolika y la Escuela de Diseño de Karlruhe.
Todo empezó hace en torno a un año. La empresa Majolika compró una
impresora 3D de cerámica y el Profesor Jürgen Walter, de la escuela superior de
ingeniería antes citada, empezó una colaboración para mejorar sus capacidades.
Principalmente los objetivos fueron optimizar los parámetros, llevar a cabo
pruebas de fabricación en serie y resolver problemas de software.
La impresora adquirida funciona básicamente como la mayoría de impresoras 3D en el mercado:
- se diseña el producto usando software CAD (Computer-Aided Design)
- se exporta con un programa CAM (Computer-Aided Manufacturing)
- se pasa a G-Code, un lenguaje de programación de maquinaria CNC.
- por último la máquina va depositando por capas el material sobre una base, la cual está caliente y rotando.
Una de las mejoras más llamativas fue la implementación de la cinta
transportadora para que pudiese sacar la pieza ya fabricada de la impresora y que
pudiera llevarla, o bien a su siguiente estación de fabricación, o bien a su
embalaje y posterior envío.
La escuela superior de ingeniería de Karlsruhe esa fabricando además tres
impresoras 3D nuevas: una para labores de investigación, otra orientada a la
producción en serie y otra especialmente grande para piezas de gran tamaño,
como por ejemplo bustos de cerámica.
La meta a la que quieren dirigir estos esfuerzos es a industrializar la impresión
3D de cerámicas arquitectónicas, tales como azulejos y ladrillos. ¿Veremos
desaparecer los grandes hornos de cocción de cerámica tradicionales?
Fuente: Magazin der Hochschule Karlsruhe 79/2019