Te encuentras ante una apasionante saga de artículos cuyo propósito es que optimices tu aprendizaje en cualquier área en la que te encuentres trabajando.
La mayor parte de la gente, al igual que tú, se encuentra en constante aprendizaje, tratando incluso de profundizar en algo para lograr la maestría en algún área concreta.
Si te interesa aprovechar tu tiempo al máximo, eliminando la frustración de no recordar o aplicar cosas que supuestamente sabes, estás totalmente invitado a sumergirte en este apasionante mundo del aprendizaje.
Estos son los puntos clave que iremos tratando a lo largo de esta serie de artículos:
- Modos de funcionamiento del cerebro
- Cómo funciona el aprendizaje
- Evitando la procrastinación ¿Por qué es tan importante?
- Hábitos de vida: Alimentación, sueño y deporte
- Entendiendo la memoria
- Aprendiendo a ser mago: Cómo aprender tu lista de conjuros y hechizos
Iremos actualizando los hipervínculos a cada nuevo artículo. Entramos en materia:
Un cerebro, dos modos de funcionamiento
El primer paso que debemos de dar en este mundo del aprendizaje, es comprender el hecho, de que en nuestro cerebro suceden algunos modos diferentes de funcionamiento. Básicamente, podemos asumir que el cerebro trabaja en modo:
- Concentrado
- Difuso
Ambos modos son muy importantes para el aprendizaje y debemos de usarlos de manera alternada.
El modo concentrado, como la misma palabra indica, los pensamientos están “concentrados” sobre un asunto en concreto. Podrías estar analizando un problema, tratando comprender un texto o prestando mucha atención a un determinado movimiento de baile para “quedarse con la idea” y poder repetirlo tu mismo. En este modo, prestamos mucha atención a los pequeños detalles tratando de hilar como podamos, la secuencia para comprender el procedimiento. Es muy importante en este modo la palabra “atención” ya que es totalmente necesaria para el correcto funcionamiento de este modo. Podemos asumir que los patrones de pensamiento y soluciones encontradas, están relacionadas directamente con cosas que nos son familiares.
Cuando necesitamos de ideas nuevas o comprender conceptos nuevos, necesitamos tirar del modo difuso. Este modo es una forma de pensamiento más relajada, en la cual dejamos que nuestros pensamientos fluyan libremente, tratando de que nuestra atención esté en un modo más relajado y pasivo, simplemente observando, dejando que el inconsciente vaya generando pensamientos. De esta manera el cerebro tiene más libertad para relacionar cosas, puede encontrar soluciones nuevas, ya que en este modo los pensamientos tienden a alejarse más de las “ideas familiares” y se activan circuitos neuronales nuevos y nuevos enlaces que conectan con otras ideas. Es aquí donde podemos explotar toda nuestra creatividad.
Aprendizaje, la piedra angular del conocimiento
Definiremos aprendizaje como la capacidad de retener cierta información y más tarde ser capaz de utilizar dicha información de manera práctica en la vida real. Al menos este es el punto de vista que nos interesa.
Para realizar esto, partiremos de los dos modos de funcionamiento que acabamos de aprender.
Lo primero que tratarás de hacer, es concentrarte en aquello que desees aprender. Trata de observar cada paso, analizar cada detalle. Pronto te darás cuenta de que no te es posible “seguir” toda la información de golpe. Es por esto, que debemos de “trocear” esa materia en fragmentos más pequeños para tratar de analizarlos individualmente. Para que puedas entender mejor la idea, te voy a poner una analogía con realizar ejercicios de musculación en el gimnasio, aprovechando que ahora todo el mundo va.
Imaginate que es tu primer día y se ponen a explicarte lo que es una serie, que si los tiempos de descanso entre cada serie y demás… Después comienzan a explicarte como realizar un ejercicio en concreto, y te dicen algo así como “mantén tu espalda recta, mantén tus brazos pegados al cuerpo y no muevas el codo”. Resulta que cuando comienzas a intentarlo, te das cuenta de que cuando prestas atención a tu espalda no eres capaz de controlar ni el codo ni la posición de tus brazos. Y viceversa. El entrenador te corrige todo el tiempo, y hasta que no pasan varias sesiones de repetir el ejercicio no eres capaz de hacerlo correctamente. Tienes que “aprender” dicho ejercicio.
Este ejemplo es sólo una manera de ilustrar que nuestra mente no es capaz de prestar atención a más de 3 o 4 cosas a la vez. Por eso, lo ideal sería, trocear el ejercicio en 3. Prestando al principio total atención a, por ejemplo, la espalda. La siguiente serie, al brazo y después al codo. Ni que decir que esto es sólo un ejemplo ilustrativo y que no espero que hagas esto así en el gimnasio. Casi mejor sigue con tu entrenador corrigiendo en tiempo real, no te vaya a costar una lesión.
Una vez que vas poniendo atención en cada “trozo”, intenta hacer una analogía con cosas que ya entiendas. Esto es “entender”. Tratamos de relacionar la información con cosas que ya nos son familiares. Esto facilita enormemente el aprendizaje, pues genera vías de acceso alternativas a dicha información.
Un fenómeno muy importante, es que tras un tiempo de atención enfocada, nuestra mente necesita de un pequeño respiro para “asentar” la información. Siguiendo con la analogía del gimnasio, cuando realizas una serie, normalmente realizas un pequeño descanso para que tus músculos se recuperen. Esto nos da pistas de cómo deberíamos de enfocar nuestras sesiones de estudio; períodos de concentración donde realizamos un análisis minucioso, alternados con periodos de modo difuso donde tratamos de relacionar y entender y pequeños descansos para permitir a nuestra mente asentar los conocimientos.
Además, aunque entraremos en profundidad más adelante, el sueño es tan importante para el aprendizaje como para hacer crecer tus biceps. Resulta que mientras dormimos nuestro cerebro genera nuevas conexiones neuronales que optimizan caminos entre neuronas que requieran comunicarse más eficientemente entre ellas. Esto quiere decir, que si durante el día has estado estudiando determinada información, y utilizaste “conexiones” poco óptimas tu cerebro generará otras nuevas permitiendo un mejor acceso a dicha información. Esta es la razón de por qué un día te levantas y entiendes mucho mejor algo con lo que el día anterior acabaste saturado.
Creo que dicho todo esto, cae por su propio peso que no te puedes volver experto en un tema en un día, y que necesitas construir el aprendizaje poco a poco y ayudándote de la repetición espaciada en el tiempo.
En el siguiente capítulo hablaremos sobre la procrastinación y los hábitos de vida.
Si tienes interés en explique algo más en profundidad, déjame un comentario.
Muchas gracias, y feliz aprendizaje.