Mucha más cautela y al poco tiempo el cartel de «esta todo agotado». Mientras que el año pasado comenzaron a vender terminales sin tenerlos en stock y por ello se hubo clientes que reservaron su terminal y les cancelaron el envío tras semanas de espera, clientes que tardaron 4 meses en poder comprar este teléfono… Fue una debacle con todas las letras. Este año están gestionando mejor el stock y no ilusionan a la gente con fechas de llegada próximas sino que copian la estrategia a Amazon de indicar como fecha de llegada la estimada en el peor de los casos. Con sólo contar mi caso, uno entre muchos, de que reservé el terminal el viernes a las 2am y la fecha de llegada estimada en 3-4 semanas y en estos instantes ya lo tiene el servicio de paquetería y previsiblemente llegará mañana o pasado. De esta manera, cumplen con creces sus fechas y si hubiese cualquier problema tienen las espaldas cubiertas porque ya te hicieron saber que tardaría muuucho. ¡Éxito!
Falta de previsión en volumen de ventas. ¿Ha vuelto a ocurrir? ¿Otra vez el stock fabricado está muy por debajo de los demandado? Las estimaciones que hacían de ventas se han quedado muy cortas y hay muchos clientes aún esperando a que vuelva a haber stock. No es tan dramático como el caso del Nexus 4 pero en estos momentos, no hay ningún dispositivo de 16GB y escasos dispositivos de 32GB… ¡Mucho que mejorar!
Las conclusiones que podemos sacar tras estos primeros días de venta del flamante nuevo terminal de Google, es que han mejorado sus estrategias de logística, el stock inicial ha sido mayor que el del Nexus 4 pero aún están a años luz de su gran rival Apple. La experiencia es un grado y Google debe seguir mejorando en este aspecto. Por otro lado, aún no conocemos datos de terminales vendidos pero nos podemos aventurar a afirmar que, de nuevo, Google sigue teniendo un filón de oro con su familia Nexus.