Hay un dicho muy 2.0 que reza: «Diseñas peor que un programador«. ¿Es eso cierto? Me gustaría decir que no, pero se trata de una verdad como un templo: el 90% de los programadores no sabe diseñar interfaces de usuario originales y/o bonitas (Según un reciente estudio de la Universidad de Meloinvento Sobrelamarcha).
Entonces cabe preguntarse: ¿el diseñador nace o se hace?
Esta pregunta es una extrapolación de aquel viejo dilema, sólo que hablamos de diseñadores en lugar de artistas. Así, la respuesta más amplia es que primero nace el artista y por último se hace diseñador.
Un diseñador que ha nacido artista no necesita conocer las leyes del diseño para lograr un resultado atractivo y original. Eso no quita que un programador no pueda estudiar esas leyes del diseño (que el diseñador nato desprecia) y «parchear» así sus carencias en el arte de diseñar webs e interfaces.
¿Y qué leyes son esas?
Es un tema demasiado extenso para unas cuantas líneas. Nos limitaremos a decir que hay muchos manuales escritos por y para programadores sobre «cosas» que hacen bonitas una interfaz digital.
Hay que decir, no obstante, que casi todos los postulados estéticos se basan en una conocida corriente de la psicología alemana del siglo XX: la Gestalt. No hay traducción exacta para la palabra Gestalt. Puede querer decir «forma» o «conjunto», aunque es más preciso entenderlo como una suma de conceptos que forman un todo: la «figura» y el «fondo». Su axioma principal lo resume a la perfección:
En efecto, la mente humana no interpreta la realidad que percibe como elementos aislados, sino como la totalidad de todos ellos. En base a esto, la Gestalt postuló una serie de leyes extremadamente útiles en el diseño web o de apps. Aquí podéis ver ejemplos muy claros.
Sin embargo, venimos observando últimamente que muchos programadores, que nunca han estudiado las leyes gestálticas ni han nacido artistas, están diseñando interfaces muy chulas.
¿Qué está ocurriendo? El boom de los frameworks front-end
Hace una década todo era mucho más sencillo. No había smartphones y uno diseñaba para un monitor que podía ir de los 800×640 hasta los 1024×768 píxeles. Lo que hubiera fuera de este rango nos importaba un pimiento. Como mucho, nos preocupaba la compatibilidad entre Internet Explorer, Netscape Navigator y hasta puede que Opera (los más pulcros).
Pero la cosa se ha puesto bastante fea durante los últimos años. Tablets, portátiles, videoconsolas… De todas las resoluciones y tamaños. Realizar un diseño que se viera bonito en todos los navegadores y en todos los dispositivos se ha ido convirtiendo paulatinamente en una tarea titánica. Abrumadora.
En este contexto empiezan a surgir los framework front-end, es decir, marcos de trabajo muy completos para diseñar interfaces gráficas de usuario cross-platform. ¿Os suena Bootstrap de Twitter? Es el más claro ejemplo de un framework front-end. Hay decenas como éste, y cada vez mejores y más completos: Kendo UI, Rikulo, Wijmo…
¿Y qué tiene que ver todo esto con la Gestalt?
Pues que casi todas estas librerías, framework (como lo queráis llamar) tienen una cosa en común: la configuración de sus layouts, sus grids, sus menús, carousels y cualquier componente visualizable están pensados para cumplir las principales leyes gestálticas. ¡Y de forma que se sigan cumpliendo incluso cuando cambia el tamaño u orientación de la pantalla!
Todo esto, en conjunción con las plantillas pre-existentes y unas nociones muy básicas de diseño (las puedes aprender en una tarde de procrastinación) hacen muy difícil que, aún siendo programador, realices un diseño feo.
Así que si eres programador y no has nacido con el don del artista, estás de suerte: el diseñador del 2013 se hace, y además de forma casi automática. Seguiremos hablando de esto…