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¿Qué pasó con Fotolog? Hipótesis sobre su caída

La crisis de FotologHoy día se está expandiendo un sector del social media dedicado básicamente al photobogging y el microblogging: Tumblr, Pinterest, Instagram… a cual más interesante. Sin embargo, ¿alguien se acuerda ya de Fotolog? ¿Qué ha pasado con él? Es un servicio web que ya existía antes del boom de la red social y que experimentó un crecimiento tan espectacular como lo fue su caída. Ya lo dijo Dante Alighieri:

Vuestra fama es como la flor; que brota y muere; y la marchita el mismo sol que la hizo nacer de la acerba tierra.

Observemos la gráfica de Google Trends:

Tendencias de popularidad para la expresión «Fotolog» a lo largo del tiempo.

Entre 2007 y finales de 2008 la red experimentó su mayor auge. Tras haber alcanzando los 15 millones de usuarios durante el primer trimestre de 2008 – una cifra irrisoria si la comparamos con los cerca de 900 millones que atesora Facebook  -, cabe preguntarse qué ha podido pasar para que una plataforma tan exitosa haya perdido fuelle de una forma tan violenta.

En la página de Fotolog se jactan de albergar ya una comunidad de casi 33 millones de usuarios. ¿Pero cuántos millones pertenecen a usuarios inactivos o cuentas abandonadas? Sin ir más lejos, yo llevo casi 3 años sin publicar nada y todos mis viejos contactos también han abandonado el barco. Una situación generalizada que cada día va a peor.

No se trata sólo de competencia…

A mediados de 2008 ocurre algo inaudito: Facebook comienza a crecer a un ritmo vertiginoso desbancando rápidamente a posibles competidores. Mucho se ha escrito sobre el éxito de «la red social por excelencia». La pregunta que uno debería plantearse es si se trata de una coincidencia o si, efectivamente, Fotolog empezó a ser desplazado por Facebook – y por otros sucedáneos – como si fuera otro competidor mediocre. Pues bien, yo creo que existe cierta relación y la clave está en las necesidades de los usuarios.

La ‘New Age’ de Internet

Durante 2009 aparece una nueva corriente en Internet, un medio cada vez más rico y multidimensional: se trata de la Web 2.0. Un concepto que ya se había acuñado algunos años antes, pero que surgiría en ese momento con mayor fuerza materializado su espíritu en forma de red social.

De lo que los desarrolladores de Fotolog no se habían dado cuenta es que muchos de sus usuarios no necesitaban compartir una foto diariamente: ésta era una simple excusa para expresar sus sentimientos en el campo de texto plano, para conocer gente nueva y para hablar con los amigos a través de su rudimentario sistema de comentarios. En otras palabras, los usuarios de Fotolog estaban explotando las pocas posibilidades sociales que éste ofrecía. Y querían más. Mucho más.

UI pasada de moda

En el seno de esta revolución surgen ciertas tecnologías de diseño y desarrollo que enriquecen y facilitan la interacción de los usuarios. En este punto, Fotolog sorprende por su candidez y falta de visión, manteniendo una interfaz de usuario que ya de por sí resultaba anticuada en el momento en que se desarrolló.

Un caso perdido

Es muy fácil juzgar y criticar con retrospectiva, porque las cosas no resultan tan obvias cuando apostamos por el futuro. Por eso es posible que el mayor pecado de Fotolog no haya sido el no darse cuenta de lo que pasa delante de sus narices. No: El mayor pecado de Fotolog ha sido el de no enmendarse cuando ha tenido la ocasión. Lejos de hacerlo, ha intentado basar su modelo de negocio – aparte de en una forma de publicidad tan intrusiva como obsoleta – en vender cuentas Premium con features que solucionan problemas y limitaciones que son precisamente su talón de Aquiles. En este caso me parece un error garrafal pretender cobrar por mejoras y parches con los que se debería contar de antemano.

Por último comparemos la evolución de la popularidad de otros servicios relacionados:

Comparativa de Google Trends entre FOTOLOG (azul), TUMBLR (rojo), INSTAGRAM (amarillo) y PINTEREST (verde). Apenas les ha costado esfuerzo superar a Fotolog en popularidad.

Fotolog partía con la ventaja de contar aún con una enorme cantidad de usuarios y todavía les quedaban muchas oportunidades por explorar – especialmente de índole social, creativo y publicitario – que otros sí han sabido aprovechar. ¿Arrogancia o estupidez? La respuesta a esta pregunta está más allá de mi entendimiento. ¿Se os ocurre alguna a vosotros?

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