Ocultos en enormes laboratorios, viejos hangares o en mitad de desolados páramos, habita una raza de entes metálicos cuyos brazos de gigante forjan y manipulan las energías más elementales de la naturaleza. Algunos parecen mechas del futuro, y otros cyborgs celentéreos. Son capaces de un poder tan terrible y divino, como aquél del que se sirviera Zeus para dominar desde el Olimpo: el rayo.
Llevan una existencia atemporal y desconocida para la mayoría de los mortales, como si fueran dioses olvidados. Bajo su exoesqueleto acerado, late un corazón dieléctrico que sintetiza el alimento de la civilización silenciosamente: generan, transforman, impulsan.
Sirva este artículo como un pequeño homenaje para tan noble estirpe:
¿Conocéis otros gigantes de alta tensión dignos de mención?