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La que no le vas a pedir a la televisión…

…y te va a dar.

Hace unas semanas, en el blog de la CMT (Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones) difundían un video de CNET sobre lo que vamos a demandar a la televisión en los próximos años.

Las tecnologías que nos muestran son mejoras sobre las existentes. 3D sin gafas, muy muy alta definición, o pantallas LED de última generación. Estos avances dan para páginas enteras de éste blog. Pero creo que la verdadera revolución en la televisión no viene dada por las mejoras en la pantalla, sino por cambio en los contenidos.

Que un grupo visionario sólo plantee una TV conectada a la red para alquilar películas en un videoclub virtual me parece una «falta de miras» enorme. Similar a la que muestra la industria en el tema de los contenidos en Internet y las descargas.

En unos años la televisión será una interfaz más de acceso a Internet. Los protocolos y estándares propios de televisión DVB-T o H o C, MHP, MHEG, van a dejar paso a televisión sobre IP. Al igual que la telefonía VoIP se está comiendo el terreno a la telefonía tradicional (Viber, o Skype han reducido mi factura de móvil a un valor residual equivalente a la tarifa de datos), pensar que la televisión sólo va a cambiar por la pantalla es seguir pensando que el Sol gira alrededor de la Tierra.

Una televisión sobre IP nos va a permitir consumir contenidos deseados en el momento que queramos. Ver el telediario cuando nos sentemos a comer, y no sentarnos a comer cuando empiece el telediario. Compartir lo que vemos por facebook, o twittear con el mando a distancia. Un torrente de nuevas aplicaciones con un potencial enorme.

Pero, yo no puedo escribir un artículo, sin ser un poco conspiranoico. Y, ¿por qué somos nosotros los que elegimos los contenidos? Al igual que elegimos un canal porque nos gusta más. Llegará el momento en el que los proveedores de contenidos adapten los contenidos de nuestro televisor según el barrio en el que vivimos, según las páginas que visitemos, según lo que hemos visto otros días.. Crearán canales adaptados a nuestros gustos.

¿Nos harán un telediario a medida para que no veamos lo que no queramos ver? Los usuarios que van a informarse a Internet, tienen cierto criterio y ganas de informarse. Pero si nos trasladamos al espectador medio de televisión, que consume Sálvames y Gran Hermanos a partes iguales. Tenemos un usuario pasivo, que absorve lo que le echen.

Una televisión adaptada puede ser un arma de adoctrinamiento mucho más letal que la que tenemos actualmente. Porque actualmente todavía tienen que dar la cara a una mayoría. Si se pasan, llega el momento en el que los anunciantes se van (caso la Noria). Emisiones en horario infantil,… ¿Pero y si la televisión deja de ser masiva para pasar a ser individual? Si en mi casa no hay ningún niño, ¿por qué voy a seguir un horario infantil? ¿Por qué voy a aceptar un contenido moderado socialmente si me gusta lo radical ideológicamente? Lo excepcional se convierte en natural si lo vemos todos los días. ¿Hasta qué punto pueden distorsionar nuestra realidad por emisión u omisión?

La revolución en la televisión no va a ser el medio, sino el contenido.

Nota: Ilustraciones de Álvaro Tapia, y Mateusz Kolek.

 

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