Hoy he asistido a un claro ejemplo de lo que se podría considerar un «bug» en el sistema electoral. Ya viví uno ayer y otro en las pasadas Elecciones Generales.
Si una sóla persona ha vivido de cerca 3 fallos en el sistema, puede aventurarse a decir, en forma de opinión personal, que el sistema no funciona.
El ejemplo más reciente lo he vivido esta mañana en la Oficina de Correos, donde una persona intentaba recoger su voto por correo para las elecciones Andaluzas y le indicaban que el plazo ya había terminado, todo esto a pesar de haber recibido el aviso de llegada del paquete con las papeletas ayer por la tarde, último día para ejercer el derecho. Le exigían «venir antes para la próxima vez». Su intento de explicar que recibió ayer a última hora el aviso del paquete eran dirigidos /dev/null automáticamente puesto que el cartero, muy probablemente para evitar reclamaciones, no habia indicado fecha ni hora en el aviso de llegada. Con el voto por correo solicitado y no entregado, y viendo los antecedentes perdía su derecho a votar.
El segundo caso, vivido ayer, último día para entregar el voto por correo, se daba cuando mi compañera, tras recibir el día anterior a última hora el aviso de recogida se dirigía a la oficina de Correos. Allí le entregaban en mano el paquete que debía inmediatamente rellenar con la papeleta deseada y entregar de vuelta puesto que la oficina cerraba en media hora. No había ningún sitio reservado especialmente habilitado para elegir la papeleta, una «cabina» como en los colegios electorales. Delante de más de 20 personas que esperaban su turno tuvo que ejercer su derecho al voto. Hacía más de 15 días que habia solicitado el voto. La tardanza en el envío del paquete refuerza además el caso anteriormente comentado. En este caso, no se respetó el derecho al voto secreto.
Hace unos meses, en la pasadas Elecciones Generales vivía en manos de un compañero el caso de los Emigrantes que no recibían sus papeletas para votar y a pesar de la discusión creada sobre ampliar el plazo, muchos no lo consiguieron a tiempo.
Con los tres ejemplos puestos, parece este un buen momento para plantearse alguna forma alternativa a la hora de votar. Sin sustituir las tradicionales completamente, parece que el sistema necesita una reforma.
Antes de valorar mecanismos electrónicos para el voto, que facilitarían éste incluso a distancia, parece obvio que con las Bases de Datos de ciudadanos que se manejan actualmente, tener que imprimir en papel el censo de los millones de ciudadanos parece un atraso. El hecho de tener mecanismos como un «puñado de folios grapados» con los nombres de los votantes, de los que se han eliminado a los que han solicitado voto por correo para que no voten dos veces, impide que en caso de fallo se pueda hacer una excepción. La persona realmente no ha votado, en ningún sitio aparece como que haya votado, pero el folio impreso hace unas semanas no puede conocer este hecho.
El voto electrónico no es cosa del futuro, es un hecho en muchos paises, como Suiza y Estonia. Además de agilizar el recuento, permiten, especialmente mediante el voto por Internet, que las personas que no puedan acudir físicamente al Colegio Electoral por cualquier motivo no pierdan la posibilidad de ejercer su derecho.
Hay mucho que mejorar, pero casos como estos no pueden caer en saco roto. Hay que buscar una solución para los tiempos que corren sin descartar medios tradicionales para las personas menos adaptadas a la tecnología. ¿Qué proponéis?. Yo seguiré buscando información para ofreceros la versión «tech» de este post con posibles soluciones y sus implementaciones.