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Seguridad en la nube gracias a la física cuántica

Un equipo de científicos del Vienna Center for Quantum Science and Technology (VCQ) y del Institute for Quantum Optics and Quantum Information (IQOQI), han logrado combinar con éxito la potencia de la computación y criptografía cuánticas. Han demostrado que el procesamiento de la información puede permanecer desconocido en todo momento para el propio computador cuántico, lo que se conoce como procesamiento a ciegas

Esta clase de ordenadores jugará un papel muy importante en el futuro de las TIC. Dado el reto tecnológico que supone la construcción de estos dispositivos, sólo serán instalados, al menos durante las primeras generaciones, en unos pocos centros distribuidos alrededor del mundo, algo así como lo que sucede actualmente con los supercomputadores.

La computación tiende cada vez en mayor medida al concepto de cloud computing o procesamiento en la nube, un modelo cliente-servidor en el que todo se realiza dentro de la nube – almacenamiento, procesamiento, etcétera – y en el cual la terminal del cliente queda relegada a funciones de entrada/salida, una mera interfaz. «La física cuántica resuelve uno de los desafíos clave en computación distribuida. Puede preservar la privacidad de los datos mientras los usuarios interactuan con centros de procesamiento remotos«, dice Stefanie Barz, autora líder del estudio. Así pues, a partir de ahora será posible aprovecharse del procesamiento cuántico utilizando un PC doméstico o incluso el teléfono móvil. Y lo que es más importante, teniendo garantizadas la fiabilidad y privacidad de nuestra información.

Este concepto de procesamiento cuántico ciego se basa en el uso de fotones para codificar los datos, ya que estas partículas permiten realizar cálculos computacionales a gran velocidad y a distancias muy lejanas. El usuario genera qubits – algo así como bits definidos por estados cuánticos – que sólo el propio usuario conoce, y que son transmitidos hacia el computador cuántico. Éste se encarga de «trenzar» los qubits según un esquema estándar y finalmente, devuelve el resultado del cálculo.

La utilidad de este avance puede ilustrarse con el siguiente ejemplo: si un hacker tratara de interceptar la información que circula entre el procesador cuántico y el usuario, no obtendría ningún resultado útil. Otra aplicación más actual – y probablemente práctica -, es que el largo brazo de SOPA no tendría nada que hacer aquí. Sin el conocimiento del estado inicial le resultaría imposible desencriptar los datos. En definitiva, un procesamiento completamente ciego.

Visto en Science Daily

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