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La carrera de las tortugas DNS

Levantar esta bitácora desde cero ha sido una experiencia muy gratificante, aunque algo tediosa. Ya había probado otras plataformas como Blogger y Tumblr. En ellas el proceso era tan sencillo como registrarse y empezar a publicar. ¿Qué puede llevar? ¿5 minutos, tal vez?

Sin embargo, instalar WordPress en un servidor requiere cierta burocracia y unos tiempos de espera relativamente largos, que nos han llevado a una confusión bastante confusa por migrar el hosting de los archivos el mismo día en que se dio de alta el dominio:

A Vicente, desde España, le apuntaba al nuevo servidor de alojamiento y a mí, desde República Checa, hacia el servidor antiguo con sus ficheros antiguos. Durante un par de días convivieron en Internet dos direcciones IP para un sólo dominio borrowbits.com

Desde República Checa se veía así:


Y en España, mientras tanto:

La explicación es sencilla:

Los servidores DNS (Domain Name Servers) se encargan de almacenar la IP asociada a un nombre de dominio, se trata de una traducción tabular para saber dónde demonios está ese servidor. Cuando una fuente quiere encontrar cierto dominio, trata de averiguar quién es su Authority DNS Server, es decir, el servidor de las DNS encargado de registrar un sitio web. Tras visitarlo por primera vez, almacena en una caché temporal esta dirección y es aquí donde se encuentra la clave del problema.

Con el objetivo de agilizar las transacciones en Internet, cada DNS de un ISP o de una organización, almacena en esta caché las direcciones que ya han sido consultadas y aquí puede estar durante el tiempo de actualización que haya sido configurado por el proveedor del servicio.

¿Cuál es el resultado?

Una notable reducción del tráfico generado por las consultas entre DNS a costa de unos retardos de propagación que pueden durar hasta 3 días. Durante este período de histéresis pueden convivir tantas direcciones IP apuntadas por un mismo dominio como cambios de servidor se hayan realizado dentro de este margen. Un lío si quieres trabajar en paralelo con un colaborador en zonas del planeta diferentes.

Proponemos las siguientes soluciones, mientras dure la propagación, para evitar quebraderos de cabeza… o planes de suicidio:

  1. Realizar un redireccionamiento estático de las peticiones realizadas a la IP antigua hacia la IP nueva.
  2. Configurar los parámetros locales para que apunten a un servidor actualizado, como openDNS.
  3. Si no es posible modificar los parámetros de configuración local, utilizar un proxy que utilice DNS actualizado, como Anonymouse.org.
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